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Opinión: El rock colombiano actual y su falta de creatividad.

Rock_El_Rincón_Noventero


La siguiente reseña es una crítica a todas las bandas de rock en Colombia que buscan ser populares sonado idéntica a las demás.
Las mentes inquietas nunca se conforman: detestan la monotonía, la simpleza y lo anticuado que la cotidianidad ofrece. Se hacen preguntas constantemente y cuestionan las reglas establecidas. Son universos que presencian - desde afuera - lo que sucede adentro. Ahora, si hablamos desde el punto de vista terrenal, a un verdadero músico le sucede lo mismo pero al cuadrado: desmonta sonidos y reinventa los que ya están. En definitiva, son personas que no siguen caminos sino que deciden construir el suyo.

La tecnología ha avanzado en los últimas tres décadas de manera abrupta; somos testigos de los beneficios que ésta ha traído para mejorar la calidad de vida de las personas. A esta tecnología se suman los estudios de edición musical que permiten en la actualidad producir música más fácil, siendo este proceso menos engorroso que en tiempos de antaño. Hoy un computador/ordenador puede reproducir los sonidos de cualquier instrumento sin intérprete que los toque, siendo métodos que permiten que la música se haga más rápido sin dejar de lado la calidad. 

Sin embargo, con la tecnología e innovación de nuestro lado, ¿por qué la música rock comercial en Colombia suena igual?

Sí, como lo leyó: se oye igual. En la escena comercial hay muchas bandas que parecen sacadas del mismo molde. Un acontecimiento que ni la Payola puede controlar.

¿Y por qué el rock se oye igual?


Mis ejemplos son peyorativos (y me disculpo de por ello), cuando se trata de explicar este fenómeno de los gemelos - como decidí llamarlo -, pero directos: The Hall Effect, Diamante Eléctrico o The Mills contra Ultrágeno, La pestilencia o 1280 almas. Las comparaciones son claras – e inclusive obvias – cuando de segmentar géneros del rock nacional se trata. Por un lado estas primeras bandas suenan idénticas: letras con desamor, uso de instrumentos melódicos por doquier y ambiente “romanticón” dirigido a un público pre-puberto son el elemento en común que las caracteriza. Es como si supiera con antelación cómo van a sonar sin necesidad de escucharlas.

¡Pero ojo! Hago un paréntesis para decir que estas bandas no son malas. Muchos destacamos la calidad musical que tienen, lo que sucede es que éstas están permeadas por el nicho comercial del momento y popularizadas a través de los sonidos y mensajes de la subcultura Emo proveniente del rock mexicano de inicios de siglo que tanto gusta a la “nueva generación de roqueros” en Colombia.

Por otro lado esta Ultrágeno, La Pestilencia o 1280 Almas las cuales son distintas una de la otra. Estas bandas pueden ser buenas o malas para quienes las oyen por primera vez ¡No importa! Lo relevante es que sé que sus fanáticos o retractores sabrán diferenciarlas sin necesidad de la Wikipedia.

Por ende, la conclusión es: cuando oigo Diamante Electrico, The Mills o The Hall Effects NO SÉ CUÁL ES CUÁL porque todas se oyen igual.

Y desafortunadamente se oyen igual porque las ideas parecen agotadas, a tal punto que las bandas emergentes buscan copiar la fama de éstas, más no su talento, dejando al pobre fanático, como yo, sin norte ni rumbo para oír nuevas propuestas. ¡Pobre rock comercial de ahora!   

¿Desde cuándo el rock se volvió sinónimo de status?


En mí época (la cual no está tan alejado de la actual) el rock nacional me hacía dudar de mi religión, me ayudaba a resistir las mentiras de los gobiernos y me obligaba a pensar en revolución y no a “perderme en tu mirada” o “a saltar de la mano contigo”. Los mensajes de las agrupaciones de rock comerciales de Colombia son cada vez más pobres.

Parecen bandas sacadas de una propaganda de talcos Yodora, viviendo un mundo de fantasía donde el color rosa es sinónimo de rebeldía quinceañera. Tampoco les interesa salir de sus toques en restaurantes o bares de la Calle 85 en Bogotá (zona T) por miedo a caer en un pogo.

Pero bueno, no todo está perdido. En Colombia la escena Underground, con baldes como Toms y palos como baquetas, aún hacen resistencia a contagiarse comercialmente de los sonidos y letras que pudren el rock nacional. Una infinidad de propuestas estallan desde las entrañas de nuestra tierra, reivindicando aquellos ecos sonoros del rock y reclamando la visibilidad que les ha sido usurpada. Acá, la reunificación del rock depende de nosotros como fanáticos, de ustedes como agrupaciones y de ellos como promotores tirando la cuerda hacia el mismo lado de la originalidad.

Tomemos como ejemplos a países latinoamericanos como Argentina o Brasil donde la creatividad musical se puede encontrar hasta en la más pequeña agrupación.

Conclusión


Creo en el rock y los sonidos alternativos en Colombia. Sé que el talento Underground brota desde cualquier piedra. Por ello, quiero desde mi blog, buscarlos, darlos a conocer y brindarles un espacio que les ayude a recibir el premio India Catalina a mejor banda de rock del planeta.

Lamento mi comparación, pero la vi necesaria para rescatar mi frustración del momento, motivada por la misma música que suena siempre en la radio.

Saludos. 
    





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