Escuché una vez a mi madre, cuando era un nene, decirle a sus amigas que a los niños hay que dejarlos jugar en el barro, “comer basura” y si es posible, permitirles tragarse uno de otro bicho para que adquieran defensas orgánicas y así crezcan fuertes y sanos. Para ella, los niños debíamos caernos de la bici, volarnos los dientes y andar como si nada; eran tiempos maravillosos para coger defensas.
Crecí, y ahora que lo pienso mejor, puede que revolcase en la mugre no sea un método tan efectivo para adquirir defensas, pero estoy seguro que sí para educar niños en el arte de la humildad y el respeto, afirmo diciendo que cuando vives sucio todo el tiempo gracias a las travesuras que haces de niño, te preocupas por ver las Tortugas Ninja en la franja infantil de la TV o te dedicas a jugar pico de botella con tus amigas de barrio, aprendes que la vida es para, joder, y que la niñez es para mostrarte la sencillez y la espontaneidad de la misma. Es la suerte que tuvimos algunos nacimos en los 80’s, alejados de todo apartado tecnológico.
Mientras escribía las líneas anteriores, reflexioné y me di cuenta que tuve la oportunidad de vivir con una buena familia – aunque disfuncional (gracias a mi padre quien se alejó de nosotros siendo yo aún un niño) – y de aprender de ellos grandes valores que formarían el hombre que soy hoy.
Cogiendo defensas con Maluma
Ahora, toda la carreta anterior que habla, en parte, de mi vida como niño se traduce en un comparativo entre Maluma y mi yo interior que lucha por no menospreciar con mis palabras a este gran ícono, embajador de nuestra cultura y ejemplo de vida para sus compatriotas, según lo dicho por el gobernador de Antioquia, Luís Pérez Gutiérrez, al condecorarlo con el Escudo del Departamento en la Categoría de Oro, claro está.
El comparativo de Maluma con las picardías de la niñez es muy sencillo: cuando te embarras, comes bichos, y prácticamente vives entre la suciedad, vas adquiriendo defensas en tu organismo - como decía mi madre. De cierta manera, te vuelves inmune a ciertas enfermedades y ya ciertos males que son comunes en la población no te aquejan, como la música de Maluma, por ejemplo. Ahora, el pobre de Maluma no tiene la culpa, es la estrella de momento con sus Cuatro Babys, así como lo fue Axl Rose y su canción Used for Love Her cuando hablaba de matar mujeres y enterrarlas a tres metros bajo tierra o Bon Scott y su canción Whole Lotta Roise dedicada por él a una dama de compañía obesa "genial en la cama", siendo ella en principio un reto sexual para sus compañeros de banda; cada cual tema con su connotación degradante a su modo. Así que pienso que quienes oímos música rock no contamos con ética moral para juzgar a Maluma y su música, siendo iguales a él en cierta manera.
Used for Love Her - L.A Guns
Hago un paréntesis para argumentar que el rock, a mediados de los 70’s hasta finales de los 90’s, se vio marcado en su mayoría por el machismo en sus letras. Podríamos abrir un listado con miles de canciones que degradan a la mujer a partir de connotaciones violentas y no terminaríamos ni hoy, ni mañana. Por otro lado, el Rap, la música popular y demás géneros no se quedan atrás con el tema de la violencia de género, pero bueno, volvamos al tema…
Lamentablemente el consumismo musical del momento ha llevado a la construcción de identidades inadecuadas en algunos sujetos los cuales, si no tienen el debido grado de actitud crítica ante los acontecimientos que los rodea, serán fácilmente manipulados por el comercialismo que ésta produce. Maluma lo sabe (o su manager lo sabe, más bien) por ello su música es popular, porque logra conectar con su música aquellos deseos reprimidos mercantilistas de las personas que buscan, a través de la vida fácil, el reconocimiento y el poder. Y bueno, en un país donde el índice de analfabetismo es de 5.7 es fácil sentirse a gusto bailando y cantando reggaetón mientras te convencen en la televisión que la bebida energizante Vive 100 realmente funciona.
Cabe mencionar que para que un país no se considere analfabeta, tiene que estar por debajo del 3,7 de índice de analfabetismo, según la Unesco.
En Colombia se podría decir que el machismo toma mayor presencia en la población debido a la ignorancia a la que están sometidos sus habitantes, auspiciado a su vez por la falta de oportunidades laborales y estudiantiles para los desfavorecidos. Las mujeres, a través de su lucha por el reconcomiendo digno de sus derechos, parecen estar solas ante un Estado que les da la espalda, dejando a la deriva los tan mencionados “mecanismos de protección” que supuestamente evitarían los delitos de violencia de género.
Y para colmo de males, las altas esferas de sociedad con su doble moral, promueven entre sus ciudadanos la música machista con premios y condecoraciones, restando credibilidad y desconfianza a quienes los otorgan (y reciben, en el caso de Maluma) bajo el falso argumento de “incentivar el arte juvenil que promueve a pensar, fluir, a desacomodar la imaginación y a mostrar el poder de superación”, según el gobernador Luis Pérez Gutiérrez y su polémico premio.
Y sí, tiene toda la razón señor gobernador: qué desacomodada es la premiación de Maluma y su música reguetonera, ya que desecha en un parpadeo todo el trabajo mediático que, a duras penas, las mujeres realizan en contra de la violencia de género. Es como apagar un incendio y empezar otro.
Imagínense ustedes que premiaran al Alx Rose de Guns N’ Roses por haber sido “un buen tipo” con las mujeres. ¿Tendría coherencia? Lo mismo sucede con Maluma.
Es por eso que este tipo de artistas y más su música NO se deben premiar en público nunca, ¡jamás!
Venga le digo, que la música no es eso
¡Bueno! rodeado de música rock, reconozco que los mensajes que proliferan miles de sus canciones son de lo peor - sin decir que algunas ni sentido tienen – las cuales incitan a atentar contra la integridad de ciertos individuos, entre ellos, a las mujeres. En este punto es importante reconocer que la música es una interpretación del artista con su realidad, la cual él percibe como algo absoluto, sin embargo es un hecho decir que aquella realidad no es necesariamente idéntica a la nuestra; una cosas es sentir afinidad por la música y la lírica de ese artista y otra es cuando nos apropiarnos de esa realidad en tercera persona como si fuera nuestra, cuando no lo es.
Ese dicho que dice "tú eres forjador de tu propio destino" aplica en el párrafo anterior.
¡Pero bueno!, no todos los artistas considerados provenientes de la corriente del rock son unos “soplapollas”. Bob Dylan, Queen y David Bowie son algunos de los intérpretes que sacan pecho por el rock y el rhythm and blues al escribir canciones que valen la pena escuchar tanto en su composición sonora como letrista, pero, lamentablemente, como dice el dicho de la inquisición, por uno pagan todos, lo que da argumentos falsos para que algunos conservadores de la música denigren el rock sin medir palabra.
No obstante, algo similar no sucede en el reggaeton donde todo se generaliza. ¿O cuándo han escuchado canciones que hablen de la vida plena, los héroes anónimos o los valores del ser humano en este género musical? Curiosamente estos artistas recorren el mundo con su música, pero al final esa palabra “mundo” es desconocida para ellos.
En fin, nosotros podemos ser fanáticos de Guns N’ Roses, AC/DC o Maluma, ¡no importa!, sin embargo debemos evaluarnos como sujetos y reconocer qué tanto estos artistas influencian nuestro actuar: qué tanto nos impulsan a pasar de las palabras a los hechos y si nuestro carácter y razón son capaces de detener dichas acciones latentes de violencia y descontrol que algunas canciones nos impulsa a realizar con sus letras. Si logramos entender que lo que oímos ES SOLO UNA CANCIÓN, podríamos inclusive oír la flauta del diablo y nunca violentar a una mujer, ni degradarla. Es cuestión de cultura y de saber diferenciar qué está bien y qué está mal. Pura lógica de primaria, ¿cierto?
Solo hay una respuesta: educación.
Para concluir, es cliché de siempre decirlo, pero es lo que realmente funciona es educar a la población para que tenga una postura crítica ante el mundo que los rodea. Enseñemos a los niños a cuestionarse, a dudar y a no creer todo lo que ven y oyen para que entiendan que el respeto y la tolerancia es su mejor arma para combatir a los artistas ignorantes que promueven el odio y la violencia. Debemos educarlos para que entiendan que los premios no necesariamente lo reciben los héroes y que los malos no siempre son los taxistas. Entre vive y deja vivir está la balanza del amor y el autocuidado hacia las mujeres y demás seres queridos.
Así que, sencillo.
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